La alopecia es una patología que afecta al cabello y al cuero cabelludo haciendo que el pelo se caiga de forma excesiva y pudiendo derivar en calvicie.
Sin embargo, no existe un único tipo de alopecia, sino que, en función del sexo del paciente, las causas de la pérdida del cabello, e incluso la forma y periodicidad con la que se cae el pelo y si esa pérdida es reversible o no podemos diferenciar distintos tipos de alopecia.
Por eso, desde nuestra Clínica Salud Capilar especializada en el diagnóstico y tratamiento de la alopecia sin cirugía queremos compartir contigo todo lo que debes saber sobre uno de los tipos de alopecia más comunes en adolescentes y adultos jóvenes: la alopecia areata.
¿Qué es la alopecia areata?
La alopecia areata es una patología autoinmune que afecta a los folículos pilosos provocando la caída del cabello. Es decir, el propio sistema inmunitario del paciente ataca por error a los folículos pilosos sanos causando la inflamación de estos. Esta inflamación, a su vez, hace que el cabello se debilite, se caiga y que no vuelva a crecer hasta que la inflamación haya remitido.
Se trata de una patología que afecta tanto a hombres como a mujeres (aunque es más común en hombres) y que, aunque puede presentarse a cualquier edad se da con mayor frecuencia en niños, adolescentes y adultos jóvenes. A partir de los 40 no es tan usual ver casos de alopecia areata, aunque como comentamos, puede darse algún caso.
Este tipo de alopecia se caracteriza por causar pequeñas calvas en forma circular. Esto quiere decir que el pelo no se cae de forma generalizada, sino que comienzan a aparecer parches redondos o placas sin pelo que de no tratarse adecuadamente pueden conducir a la pérdida total del cabello (alopecia areata total).
Del mismo modo, es interesante destacar que este tipo de alopecia no solo afecta a la cabeza, sino que puede afectar a otras zonas del cuerpo como, por ejemplo, a la barba, las cejas, los brazos o las piernas, lo que se conoce como alopecia areata universal.
Causas de la alopecia areata
Como comentábamos la alopecia areata tiene su origen en una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario del paciente ataca por error a los folículos pilosos causando una inflamación que provoca la caída del cabello. No obstante, el desencadenante de esa reacción inflamatoria es desconocido.
Sin embargo, sí que existen algunos factores que pueden aumentar la probabilidad de padecer alopecia areata como, por ejemplo:
- El estrés tanto emocional como físico (por ejemplo, después de someterse a una cirugía o haber dado a luz).
- La genética. Aunque también puede padecerse alopecia areata sin que haya antecedentes familiares de alopecia.
- Infecciones o virus
- El consumo de algunos medicamentos
- Algunas enfermedades autoinmunes como la psoriasis, la artritis reumatoide o el lupus.
Síntomas de la alopecia areata
El síntoma principal que puede alertarnos sobre la alopecia areata es la pérdida de cabello en forma de calvas o parches redondos u ovalados.
Del mismo modo también pueden aparecer calvas en otras partes del cuerpo y experimentar cambios en las uñas (aparición de estrías o hendiduras en las uñas).
Diagnóstico y tratamiento
Como comentábamos al principio de este artículo la alopecia areata puede tratarse y el cabello puede volver a crecer de nuevo. Sin embargo, para ello es fundamental combatir la inflamación de los folículos pilosos puesto que hasta que la inflamación no remita el cabello no dejará de caerse y no volverá a crecer.
De ahí que sea fundamental acudir a un dermatólogo capilar especializado en tricología que pueda examinar tu caso de forma personalizada y realizar un diagnóstico capilar preciso.
Para el diagnóstico generalmente se realizan diferentes preguntas al paciente para conocer su historia clínica y antecedentes familiares y también se realiza una exploración médica. En caso de ser necesario se solicitarán además algunas pruebas complementarias como, por ejemplo, analíticas.
En cuanto al tratamiento, hoy en día existen diferentes tratamientos capaces de frenar la caída del cabello y favorecer su crecimiento sin necesidad de cirugía. De hecho, las cirugías de trasplante e injerto capilar no están recomendadas para pacientes con alopecia areata dado que al tratarse de una enfermedad autoinmune el pelo trasplantado podría volver a perderse.
Entre los tratamientos sin cirugía podemos diferenciar entre:
- Tratamientos orales: consumo de fármacos antiinflamatorios como corticoides o inmunosupresores
- Tratamientos complementarios: para conseguir mejores resultados la medicación pautada se puede complementar con fármacos de uso tópico como champús y lociones específicas, inyecciones de vitaminas, tratamientos regenerativos autólogos y láser capilar.
En Salud Capilar somos expertos en el diagnóstico y tratamiento de la alopecia areata y contamos con los mejores dermatólogos y médicos estéticos especializados en tricología. No dudes en contactar con nosotros. Te ayudaremos a recuperar el cabello perdido sin necesidad de someterte a una cirugía.